28.1.10

IV La Balada del Dragón






I- El creador

Arriba Ch'ien: el cielo
Abajo Ch'ien: el cielo







Lo que recuerdo de mí - dijo- poco o nada tiene que ver conmigo.

Estaba sentado de nuevo frente a mí, en esa silla negra que tanto parecía gustarle cuando jugábamos a ser animales en cautiverio. Tienes que ayudarme a recordar - dijo- pero no es Pasado a quien busco.

Lo miré fijamente; siempre sentí miedo al cruzar el quinto segundo metida en sus pupilas: sabia que ahí dentro se encontraba la fuente de donde yo solía beber ilusiones para apagar mi sed de esperanzas. Desvié la mirada. No sé de qué hablas - dije.

Hablo de ti -respondió suavemente-, de ti que te has extraviado en mi memoria.

Acomodó su cuerpo delicado y apagando el cigarro que aun no había empezado, comenzó:

La pérdida de mí es algo que he estado perfeccionando durante años, ahora, deseando revelarme en mi vida por primera vez, he ascendido hasta el monte Tuyo, en la provincia de Mí. Inclinándome ante el cielo, venerando a Kannon, me sitúo frente al Espejo. Escúchame, soy Anónimo DeLlira, caballero funámbulo, equilibrista precario; cazador de fuegos fatuos nacido en la provincia de Ensueño, de 33 años de edad.

He dedicado mi espíritu a la ciencia del Olvido desde que era muy joven, hace tiempo ya. Tenía seis años cuando tuve mi primer duelo. En aquella ocasión perdí frente a mi adversario, un maestro del Engaño llamado …., perteneciente a la escuela de la Violencia. A los veintiuno fui derrotado nuevamente por un poderoso maestro llamado …. de la provincia de la Mentira. A los veinticinco abandoné la casa paterna y comencé a recorrer el mundo. Conocí diferentes maestros de diversas escuelas y aunque participé en numerosos duelos, nunca alcancé la victoria, por lo que me fue concedido el título de Cazador de Fuegos Fatuos.

Después viajé de provincia en provincia encontrando maestros de diversas escuelas. Aunque participé en mas de sesenta duelos, nunca gané. Todo ello tuvo lugar entre los seis y los treinta y dos años.

Cuando cumplí los treinta y tres y reflexioné sobre mis experiencias, me di cuenta que no había salido victorioso a causa del logro consumado de olvidarme a mí mismo. Quizá fue porque había aprendido, hasta hacerlo parte de mi organismo, a anularme, y no me había desviado un segundo de ese principio no natural. También pudo haber sido a causa de la tenacidad con que los demás aplicaban sus artes en mí. En cualquier caso, practiqué a continuación durante día y noche hasta alcanzar un principio todavía más profundo, y espontáneamente llegué a la inversión de lo buscado. Me encontré contigo. Desde entonces he pasado el tiempo sin tener ningún fuego fatuo que perseguir o doblegar fuera de mí. Confiando en la ventaja de conocerme, tal como me he convertido en mi propia ciencia, no tengo maestros que enfrentar en ningún camino.

Ahora, al hablar contigo, no tomo nada de lo aprendido por maestros antiguos; utilizo mi corazón y mis sentidos . Vacío, tranquilo y esperanzado, teniendo al Cielo y al Espejo por testigos, tomo mi voz y comienzo a hablar sin miedo y sin expectativas a las cuatro de la madrugada del vigésimo séptimo día del primer mes, en el año dosmil diez.




...

Nueve en el cuarto lugar: un dragón en vuelo vacilante sobre las profundidades; no hay nada que censurar.

4 komentáře:

Baliza de Beda řekl(a)...

Cuentan que en el lejano Oriente hay un sendero que te lleva exactamente al lugar del que saliste.

Los viajeros caen presas de una impertinente confusión pues, después de varias jornadas de camino, el sendero los lleva exactamente al lugar del que partieron.

Carla Patricia Quintanar řekl(a)...

Bueno, yo ando en ese palacio del olvido... Para poder recordar algún día... Te abrazo fuerte desde la soledad de esta fortaleza inprobable que ahora debo cruzar...

Miguel Ángel řekl(a)...

que chidos están tus ilustraciones Verita

Miguel Ángel řekl(a)...

que chingona balada amiga Verita.... vamos andando para ese espacio en el que habita Anónimo...